Compasión significa literalmente “sufrir juntos”. Entre los investigadores de emociones, se define como el sentimiento que surge cuando usted se enfrenta al sufrimiento de otra persona y siente la carga y el deseo de aliviar ese sufrimiento.
La compasión no es lo mismo que la empatía o el altruismo, aunque los conceptos están relacionados. Mientras que la empatía se refiere más generalmente a nuestra capacidad de tomar la perspectiva y sentir las emociones de otra persona, la compasión es cuando esos sentimientos y pensamientos incluyen el deseo de ayudar. El altruismo, a su vez, es el comportamiento amable y desinteresado a menudo provocado por sentimientos de compasión, uno puede sentir lástima sin actuar en consecuencia, y el altruismo no siempre está motivado por la compasión.
Mientras que los cínicos pueden ver la compasión como irracional, los científicos han comenzado a mapear la base biológica de la compasión, lo que demuestra el propósito Divino en la vida del ser humano. Esta investigación ha demostrado que cuando sentimos compasión, nuestro ritmo cardíaco se ralentiza, producimos la “hormona de la felicidad” llamada oxitocina y las regiones del cerebro relacionadas con la empatía, el cuidado y los sentimientos de placer se iluminan; lo que a menudo resulta en nuestro deseo de acercarnos y cuidar a otras personas.
Según Psychology Today, “La compasión es una comprensión empática de los sentimientos de una persona, acompañada de altruismo o un deseo de actuar en nombre de esa persona”. En conclusión:
“Compasión es cuando usted se relaciona con la situación difícil de alguien y no solo desea ayudarlo, sino que actúa. En otras palabras, usted ve a alguien en problemas y se activa para ayudarle”.
Por ejemplo, podría ayudar a alguien a recoger sus comestibles si dejó caer su bolsa de víveres en el suelo. Pagarle el café a alguien que está buscando la última moneda que le falta para completar el pago. Cada acto mínimo que elija en su día puede ayudar a equilibrar las emociones negativas.
También es diferente del concepto básico de “bondad”, ya que la palabra compasión implica que usted se ve en sus zapatos y siente su dolor. Es posible ser amable por razones sociales, sin ninguna compasión real por el sufrimiento del otro. Pero es imposible ser compasivo sin ser amable, incluso Platón combinó los dos términos (o tal vez los antiguos griegos solo tenían una palabra). “Sé amable, porque todos los que conoces están luchando una batalla más difícil que la tuya“.
La compasión es la bondad arraigada en una apreciación de otros seres humanos como personas reales que también sufren. No tiene que vender todas sus pertenencias para ayudar, ni convertirte en un trabajador social.
Ceder un asiento a una mujer embarazada o una persona mayor, ser cortés con sus empleados o personas bajo su liderazgo, ayudar a su amigo a moverse, tomarse un tiempo para escuchar a otra persona: la compasión toma muchas formas. Pagar con acciones positivas las actitudes o respuestas negativas de otros, o desde darle una sonrisa a alguien para aliviar el agotamiento, incluso el suyo.
Un acto compasivo puede ser casi cualquier cosa, siempre que la motivación esté en el lugar correcto. Su objetivo final debe ser prevenir el sufrimiento de los demás.