La investigación científica sobre los beneficios medibles de la compasión es reciente. Sin embargo, los hallazgos preliminares sugieren que ser compasivo puede mejorar la salud, el bienestar y las relaciones. Muchos científicos creen que la compasión puede incluso ser vital para la supervivencia de nuestra especie, y están descubriendo que sus ventajas se pueden aumentar a través de ejercicios y prácticas específicas. Estos son algunos de los hallazgos más emocionantes de esta investigación hasta ahora.
- La compasión nos hace sentir bien: La acción compasiva (por ejemplo, ser dadivosos) activa los circuitos de placer en el cerebro, y los programas de entrenamiento de la compasión, incluso si son pequeños, fortalecen los circuitos cerebrales del placer y la recompensa, y conducen a aumentos duraderos en la felicidad.
- Ser compasivo, sintonizarse con otras personas de una manera amable y amorosa, puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca al aumentar los efectos positivos del nervio vago, que ayuda a disminuir nuestro ritmo cardíaco.
- Un programa de entrenamiento de compasión ha descubierto que hace que las personas sean más resistentes al estrés; Reduce las hormonas del estrés en la sangre y la saliva y fortalece la respuesta inmune. El entrenamiento de la compasión también puede ayudarnos a preocuparnos menos y estar más abiertos a nuestras emociones negativas.
- La compasión podría mejorar nuestra salud mental: Un estudio de investigación encontró que practicar la oración de intercesión (oración compasiva) mejoró la vida emocional, el pensamiento positivo, las relaciones y la empatía con otros.
- Los escáneres cerebrales durante la oración compasiva, dirige la compasión hacia el sufrimiento de otros, entonces las mentes de las personas compasivas vagan menos sobre lo que ha ido mal en sus vidas, o lo que podría salir mal en el futuro; como resultado, son más felices.
- Practicar la compasión podría hacernos más generosos. A su vez, también puede ayudarnos a superar la angustia empática y ser más resistentes frente al sufrimiento de los demás.
- La compasión ayuda a que los padres sean cariñosos: Los escáneres cerebrales muestran que cuando las personas experimentan compasión, se activan en sus cerebros los sistemas neuronales que apoyan la crianza de los hijos y otros comportamientos de cuidado.
- La compasión ayuda a mejorar las relaciones de pareja: Las personas compasivas son más cariñosas y solidarias con sus cónyuges.
- La compasión ayuda a hacer mejores amigos: Los estudios sobre las amistades muestran que cuando un amigo establece la meta de apoyar al otro compasivamente, ambos amigos experimentan una mayor satisfacción y crecimiento en la relación.
- La compasión ayuda a hacer mejores pastores: Los pastores que se entrenan en compasión se sienten menos deprimidos y solos, y evitan las disminuciones en la compasión típica con el paso del tiempo en el ministerio.
- Sentir compasión por una persona nos hace menos vengativos hacia los demás.
- Restringir los sentimientos de compasión socava nuestro compromiso con los principios morales.
- Los creyentes que reciben más compasión en su iglesia se ven a sí mismos, a sus hermanos y a su organización de una manera más genuina, informan sentir emociones más positivas como alegría y satisfacción, y están más comprometidos con el ministerio. Una cultura compasiva en la iglesia está vinculada a una mayor retención, mayor trabajo en equipo y mayor satisfacción ministerial.
- Las familias más compasivas, aquellas que cuidan de sus miembros más vulnerables, ayudan a otras familias necesitadas y tienen hijos que realizan más actos de bondad, y por lo tanto, son las más felices.
- Las personas compasivas son más sanas socialmente, lo que las hace menos vulnerables a la soledad; además que se ha demostrado que la soledad causa estrés y daña el sistema inmunológico.