Muchos creen que la autocompasión es una buena idea, pero dicen ¿no puedes ser demasiado autocompasivo? De hecho, la razón número uno que las personas dan por qué no son más autocompasivas es que temen que si son demasiado blandos consigo mismos, se salgan con la suya. Realmente creen que su juez interno juega un papel crucial para mantenerlos en línea y en el buen camino. En otras palabras, confunden la autocompasión con la autocrítica.
La autocompasión implica tres componentes: ser amable y cariñoso consigo mismo en lugar de ser duramente autocrítico; enmarcar la imperfección en términos de una naturaleza humana caída; y ver las cosas claramente sin ignorar o exagerar los problemas.
La autocompasión también mejora la motivación en lugar de socavarla como lo hace la autocrítica. Por eso animamos a padres y madres a aprender y practicar la autocompasión, porque esto va a influir en la motivación para sus hijos. Digamos que un hijo llega a casa con una mala calificación y ella le dice “¡eres un bruto, un perezoso, nunca llegarás a nada!” ¿Será esto un motivador efectivo? Claro que no. Puede hacer que trabaje más duro temporalmente, pero al final, solo lo deprimirá y lo hará perder la confianza en sí mismo. La madre tendría más éxito si apoyara emocionalmente a su hijo. “Sé que esto es decepcionante para ti, pero todo el mundo en algún momento se equivoca. Es importante que mejore sus calificaciones si quiere ir a la universidad, así que vamos a buscar una nueva rutina de estudio que funcione mejor. Sé que puedes hacerlo”. Este tipo de estímulo será más eficaz y duradero porque le dará a su hijo la confianza y el respaldo necesarios para tener éxito.
Es exactamente igual con nosotros mismos. Si somos amables y solidarios cuando fallamos o notamos algo que no nos gusta de nosotros mismos, estaremos dispuestos a hacer cambios para mejorar. No porque nos sintamos inadecuados o inútiles, sino porque nos preocupamos por nosotros mismos y queremos aliviar nuestro propio sufrimiento. Mientras que el poder motivacional de la autocrítica proviene del miedo, el poder motivacional de la autocompasión proviene del amor. Por eso el mismos Señor Jesucristo recalcó en Lucas 10:27 “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Lo que está diciendo es que es imposible amar a otros si primero no nos amamos a nosotros mismos, lo cual no tiene nada que ver con el narcisismo, pero primero tenemos que experimentar el amor de Dios.
Cuando nos amamos a nosotros mismos, trataremos de cambiar cualquier comportamiento que nos esté causando daño. También será mucho más probable que admitamos esas áreas de cambio necesario porque podemos vernos a nosotros mismos con claridad. Si somos duramente autocríticos, es probable que escondamos la verdad de nosotros mismos, o peor aún, culpemos de nuestros problemas a otras personas, para evitar la autoflagelación. Sin embargo, si estamos preparados para admitir nuestros propios defectos, podemos ver más claramente las áreas que necesitamos mejorar.
La investigación apoya firmemente la idea de que la autocompasión mejora la motivación. Por ejemplo, muchos estudios muestran que las personas que son autocompasivas están menos deprimidas y ansiosas que las que se critican a sí mismas, lo que significa que su estado mental es más propicio para esforzarse. También tienen creencias más altas de ser “eficaces”, lo que significa que tienen más confianza en su capacidad para tener éxito. Además, la autocompasión tiene una fuerte asociación contraria al miedo al fracaso, mientras que la autocrítica exacerba este miedo. ¿Quién quiere correr riesgos en la vida cuando sabe que el fracaso traerá un duro juicio consigo mismo?, entonces es mucho más fácil no intentarlo. Sin embargo, cuando usted tiene autocompasión, confiará en que cualquier fracaso será recibido con bondad y apoyo. Tendrá presente que el fracaso es parte de la vida, lo cual significa que podrá aprender de sus errores y crecer a partir de ellos.
De hecho, la investigación indica que las personas autocompasivas son más propensas a asumir la responsabilidad personal por los errores del pasado, pero también están menos molestas emocionalmente por ellos. Otros estudios muestran que cuando las personas tienen autocompasión después de fallar en una tarea, es más probable que se levanten y trabajen hacia nuevas metas. La investigación demuestra que las personas autocompasivas tienden a establecer metas relacionadas con el aprendizaje y el crecimiento personal en lugar de tratar de impresionar a los demás. También tienen más éxito en sus objetivos: se ha demostrado que la autocompasión ayuda a las personas a mantenerse motivadas para hacer ejercicio, dejar de fumar y seguir sus dietas. Así que no se preocupe. Si comienza a tratarse con compasión, no se quedará sentado(a) todo el día viendo televisión y comiendo cubos de pollo frito. La autocompasión nos ayuda a motivarnos para alcanzar nuestro máximo potencial. ¡Y seguro que se siente mucho mejor que la autoflagelación!